Los tornillos estructurales (también conocidos como tornillos de construcción) están reemplazando gradualmente a los tradicionales tornillos para madera en la carpintería en los últimos años.
Las razones de su creciente popularidad en el mundo de los elementos de fijación están relacionadas con las ventajas que ofrecen en cada aplicación estructural.
Su forma, muy delgada y más larga que los tornillos de madera tradicionales, los hace fáciles de usar y capaces de ahorrar tiempo.
Estos tornillos están diseñados para perforar la superficie de la madera sin necesidad de hacer un agujero piloto, lo que reduce el tiempo necesario para instalar cada tornillo y aumenta la eficiencia de los proyectos.
Además, a pesar de su apariencia delgada, los tornillos estructurales están templados, tratados térmicamente y fabricados con acero de alta calidad. Como resultado, son más resistentes que los tornillos para madera y proporcionan conexiones más duraderas a lo largo del tiempo.
Se pueden aplicar tratamientos adicionales, como el recubrimiento de zinc, para proporcionar a los tornillos una mayor resistencia y protección contra el óxido.
Generalmente, los tornillos estructurales tienen una cabeza Torx (con seis puntos de contacto) que distribuye la fuerza de enroscado y evita el llamado «deslizamiento», que ocurre cuando el destornillador se sale de la cabeza del tornillo durante el apriete.
Además, a diferencia de los tornillos de cruz o hexagonales, los tornillos Torx permiten que la punta del destornillador permanezca en su lugar, desarrollando conexiones temporales. Esto significa que es posible apuntar y enroscar el tornillo con una sola mano, lo que facilita las tareas de los operadores, ahorrando tiempo y esfuerzo al mismo tiempo.