GEOMET® 500 es un sistema anticorrosivo de altas prestaciones, aplicado para el tratamiento de productos de acero, fundición y otros metales ferrosos que proporciona óptimos resultados también en términos de fricción. Es utilizado a gran escala por algunos de los principales fabricantes de automóviles del mundo, ya que respeta sus estrictos estándares de calidad.
Este revestimiento anticorrosivo, no electrolítico y libre de cromo, no produce fragilización por hidrógeno y, por tanto, es especialmente adecuado para el tratamiento de tornillos de alta resistencia, como tornillos de clase 8.8 o superior.
Esta tecnología se basa en el principio de protección catódica. Se caracteriza por una fina capa seca, formulada con una base acuosa y compuesta por escamas de zinc y aluminio pasivados y disueltos en un compuesto inorgánico.
Este tratamiento confiere a las superficies metálicas una excelente protección contra la corrosión con un espesor reducido (comprendido entre 5 y 10 µm).
Básicamente, este tipo de compuesto metálico ralentiza la reacción corrosiva del zinc y del acero al formar una barrera sólida entre el sustrato metálico y el ambiente corrosivo, mayor que los simples tratamientos con zinc. También se debe enfatizar en la compatibilidad bimetálica con el aluminio.
Por otra parte, la presencia de un lubricante integrado asegura un excelente rendimiento de los productos tratados durante el montaje y apriete múltiple, manteniendo una buena resistencia ante las agresiones mecánicas (método de prueba D24 1312, USCAR 32) y químicas (prueba VDA 621-412).
Además de esto, el tratamiento garantiza la conductividad eléctrica respondiendo a la mayoría de aplicaciones y mantiene sus características incluso a altas temperaturas (hasta 300° C). Se puede utilizar con o sin acabado.
Las principales ventajas de esta tecnología están relacionadas con su procedimiento, similar al zincado de polvos. Las piezas metálicas a tratar se colocan en un recipiente giratorio junto con un polvo especial patentado, obtenido mediante la mezcla de zinc, cromo, teflón y otras sustancias sobre la base de una fórmula concreta.
La presencia, dentro del recipiente, de esferas de vidrio permite que el polvo patentado se adhiera a la superficie metálica. El producto sale de este proceso cubierto con una fina pero homogénea capa de esta sustancia. Para fijar aún más el revestimiento, las partes metálicas se calientan posteriormente en un horno a una temperatura no muy alta.
Dado que el ciclo de producción se realiza en seco sin la liberación de líquidos contaminantes el procedimiento ayuda a reducir la contaminación.
Además, el bajo espesor del revestimiento, similar al zincado electrolítico, no tiene ningún efecto sobre el acoplamiento tornillo-perno, ya que está dentro de las tolerancias.
Por otra parte, esta técnica garantiza una alta resistencia a la niebla salina para los componentes metálicos.
Las principales desventajas residen en las dificultades encontradas durante la aplicación del revestimiento en las cavidades, con el posible riesgo de acumulación de producto. Además, debe evitarse la aplicación de esta técnica para tornillos con un diámetro inferior a M5.