Sujeciones sólidas, eficientes y duraderas gracias a la calidad certificada de las uniones roscadas VIPA
Los datos estadísticos muestran que en la actualidad, en el sector industrial y de la construcción, aproximadamente el 80 % de todos los ensamblajes se realizan mediante operaciones de atornillado. Los mismos datos indican que el 30 % de los problemas de calidad de las estructuras están relacionados con procesos de atornillado incorrectos. Por lo tanto, la pregunta es: ¿cuál es la sujeción perfecta, es decir, la que garantiza un montaje sólido, eficiente y duradero de una unión roscada? En realidad, no existe una sola sujeción perfecta: hay muchas y dependen del ámbito de aplicación de la unión y de la tarea que deba cumplir, que son condiciones de las que nunca pueden prescindir las sujeciones.
Una unión roscada está formada por al menos dos elementos conectados entre sí de forma rígida pero reversible, con el fin de garantizar la continuidad estructural de un elemento constructivo durante toda su vida útil en funcionamiento. La sujeción de este tipo de unión está bien realizada si la fuerza resultante impide el deslizamiento relativo de un elemento sobre el otro. Debido a la geometría helicoidal de la rosca, la tensión que se desarrolla bajo el efecto de esta fuerza se traduce en una tracción a lo largo del eje longitudinal del tornillo. No hace falta decir que esta tensión nunca debe superar el límite de resistencia del tornillo, ya que, en caso contrario, el material podría deformarse y ceder durante el montaje o, de forma mucho más sutil, algún tiempo después de su instalación. Por eso, es necesario calcular las uniones roscadas y sus elementos con la máxima atención, comprobando no solo la resistencia a los esfuerzos mecánicos de la estructura, sino también considerando las posibles variaciones debidas a las condiciones ambientales o de uso.
Según el ámbito de aplicación y de la tarea estructural que deba cumplir la unión, los elementos de fijación se seleccionan en función de cuatro características principales: geometría, acabado superficial, clase de resistencia y otras posibles normativas adicionales establecidas según el contexto. Tras elegir el tipo de unión, el siguiente paso es identificar el método de sujeción adecuado. En el caso más complejo, el de las uniones precargadas (es decir, aquellas que, para funcionar de la mejor forma posible, deben someterse a una carga elevada y permanente), todos los métodos de sujeción tienen como objetivo llevar al límite máximo la resistencia del material y las prestaciones mecánicas del propio tornillo. De ello se deduce que, aparte de las aplicaciones específicas, la calidad de los componentes es esencial para garantizar una excelente sujeción.
En VIPA, el laboratorio interno de control de calidad lleva a cabo rigurosas pruebas a los productos para garantizar que cumplan con las normas más exigentes: alta resistencia del material, ausencia de defectos de fabricación, limpieza meticulosa de las roscas y excelente estado de conservación. Así es como los elementos de unión VIPA han superado los controles para obtener las certificaciones y el marcado CE. Por este motivo, VIPA puede garantizar a las empresas el suministro de componentes de excelente calidad para sujeciones prácticamente perfectas.