Los pernos y tornillos son dos tipos de elementos de fijación, y se encuentran entre los más utilizados y útiles. Ambos se emplean de forma habitual en todos los sectores manufactureros y en el sector de la construcción.
Aunque cuentan con características específicas que los hacen adecuados para diferentes aplicaciones, a menudo resulta difícil definir la diferencia clara entre ellos.

De hecho, tornillos y pernos cuentan con características comunes entre ambos.
Por tanto, para clasificar los diferentes tipos existentes, es necesario tener en cuenta la finalidad para la cual se han fabricado.
Los pernos están diseñados para ser utilizados en orificios previamente roscados y ser apretados mediante tuercas, mientras que los tornillos pueden insertarse en orificios ya roscados, pero también son capaces de perforar un material y crear su rosca interna.
Por otra parte, a diferencia de un tornillo que puede trabajar de forma autónoma, un perno necesita de una tuerca para ser bloqueado.
Además, los pernos son ligeramente más grandes que los tornillos y tienen una resistencia media-alta, mientras que los tornillos solo tienen una resistencia baja.
Así mismo, algunos tipos de pernos tienen un vástago liso sin roscar, mientras que los tornillos están completamente roscados.
En la práctica, los segmentos sin roscar de los pernos actúan como un pasador, bloqueando las conexiones contra fuerzas de corte laterales.
Esto hace que los pernos sean adecuados para tareas más pesadas en construcciones de acero y, en general, para todas las aplicaciones en las que es esencial garantizar un par de apriete adecuado.
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